· En un viaje de familiarización organizado por la Oficina de Convenciones y Visitantes (OCV) de Saltillo, dirigida por Raúl Rodarte, un grupo de medios especializados en turismo de Ciudad de México visitó la Escuela del Sarape de Saltillo, un lugar que encapsula siglos de historia, tradición y arte mexicano.
Redacción Conexión
El sarape, cuyo nombre proviene del náhuatl tzalanpepechtli (que significa manta gruesa entretejida), tiene sus raíces en la rica interacción cultural surgida de las tradiciones mesoamericanas y la influencia española. Nacido en Saltillo entre 1696 y 1698, este tejido se ha consolidado como una de las prendas más emblemáticas de México.
En un viaje de familiarización organizado por la Oficina de Convenciones y Visitantes (OCV) de Saltillo, a cargo de Raúl Rodarte, un grupo de medios especializados en turismo de la Ciudad de México visitó la emblemática Escuela del Sarape de Saltillo, que antes fue la fábrica La Favorita, un lugar que encapsula siglos de historia, tradición y arte mexicano.
Esta experiencia permitió a los asistentes profundizar en el legado del sarape, una prenda emblemática que ha acompañado a la identidad mexicana a lo largo de los siglos. El sarape fue creado inicialmente por los tlaxcaltecas, quienes fueron trasladados al norte del país para contribuir a la colonización de la región, y fue en Saltillo donde se tejió como hoy lo conocemos.
La riqueza cultural del sarape saltillense
El sarape saltillense destaca por su diseño único, caracterizado por un diamante central y tonalidades que pueden alcanzar hasta ocho matices en una sola pieza. Originalmente elaborados con lana y algodón, algunos diseños antiguos incluso incorporaron hilos de seda y oro. Estos tejidos eran tan preciados que se vendían en la feria anual de Saltillo y se usaban como símbolo de estatus entre diversas clases sociales.
La técnica de elaboración es una herencia que ha pasado de generación en generación, y aunque los procesos modernos han reducido los tiempos de producción, los auténticos sarapes de Saltillo aún requieren una semana de trabajo artesanal, destacando la dedicación y la habilidad de los maestros artesanos.
La Escuela del Sarape: preservando un legado
Durante la visita, el maestro Juan Roberto Tamayo Sánchez, una de las figuras más reconocidas en la confección del sarape, compartió detalles sobre la importancia de esta prenda en la historia y cultura mexicanas. "El sarape ha acompañado a la nación mexicana en sus momentos más gloriosos", afirmó.
Destacó también el compromiso de la Escuela del Sarape en la formación de jóvenes artesanos, quienes aprenden este oficio en un entorno que promueve el rescate y la continuidad de esta tradición.
Por su parte, el director de la escuela, Francisco Javier Reyes Luna, relató cómo el sarape saltillense llegó a ser comparado con los prestigiosos gobelinos europeos por su calidad y diseño, incluso llamando la atención de figuras como la emperatriz Carlota durante el Segundo Imperio Mexicano.
El impacto cultural y artístico del sarape
A lo largo de la historia, el sarape ha trascendido fronteras sociales y geográficas. Desde su uso práctico por campesinos y hacendados en el Virreinato, hasta convertirse en un símbolo nacional asociado con charros, revolucionarios y artistas. De hecho, el destacado escritor mexicano Carlos Monsiváis describió al sarape de Saltillo como "la nación en el hombro", subrayando su profundo significado cultural.
Además, su impacto ha sido tal que el Museo Nacional de Antropología e Historia en la Ciudad de México alberga una colección especial dedicada a esta prenda, mostrando su relevancia como patrimonio cultural de México.
Un símbolo de identidad nacional
El sarape de Saltillo es mucho más que una prenda de vestir; es un testimonio de la riqueza cultural de México y del talento artesanal de generaciones. La visita a la Escuela del Sarape no solo permitió a los asistentes aprender sobre su historia y técnica, sino también entender cómo esta prenda sigue siendo un símbolo de orgullo para Saltillo y para todo el país.
La Escuela del Sarape no solo preserva esta tradición, sino que la proyecta hacia el futuro, asegurando que nuevas generaciones continúen tejiendo la historia y el arte de México. Saltillo, con su riqueza cultural y su dedicación a la preservación de este legado, se consolida como un destino imprescindible para quienes buscan explorar la esencia de la tradición mexicana.
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