Parras de la Fuente, la cuna del vino en América, historia, tradición y renacimiento enoturístico
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A sólo hora y media del aeropuerto de Torreón y tres de Monterrey, este destino centenario es sinónimo de cultura, tradición y desarrollo sostenido. Su fundación data de 1598, y su legado vitivinícola un año antes, en 1597, con la creación de la Hacienda de San Lorenzo, hoy conocida mundialmente como Casa Madero, la bodega más antigua del continente americano.
Por Víctor Hugo Rubio

En el corazón del desierto coahuilense, resguardado por las faldas de la Sierra Madre Oriental, se levanta un oasis de historia, vino y hospitalidad: Parras de la Fuente, reconocido como el primer Pueblo Mágico del norte de México desde 2004, y célebre por ser la cuna del vino en América.
En la sede del Concurso Mundial de Bruselas, ubicado en la Zona Rosa de la Ciudad de México, Olga Lara, presidenta de la Oficina de Convenciones y Visitantes (OCV) de Parras de la Fuente, encabezó la delegación coahuilense que trajo a la capital de la República mexicana parte de la esencia vinícola y su historia. Fueron cinco las casas vinícolas que estuvieron presnetes en el evento: Casa Madero, Casa Náufrago, Camino Corazón, Vinos Don Perfecto, y bodega Rivero González.

A hora y media del aeropuerto de Torreón y tres de Monterrey, este destino centenario es sinónimo de cultura, tradición y desarrollo sostenido. Su fundación data de 1598, y su legado vitivinícola comenzó un año antes, en 1597, con la creación de la Hacienda de San Lorenzo, hoy conocida mundialmente como Casa Madero, la bodega más antigua del continente americano, con más de 428 años de historia, explicó Olga Lara.
Un oasis en el desierto
El nombre “Parras” proviene de la abundancia natural de parras silvestres que dieron identidad al valle desde los primeros asentamientos españoles. Este microclima, de aire seco y noches frescas, resulta ideal para el cultivo de la vid, y ha permitido que las uvas locales: cabernet sauvignon, syrah, tempranillo, chardonnay, entre otras, desarrollen características únicas que hoy posicionan a Coahuila entre los estados líderes del vino mexicano.
La presidenta de la OCV de Parras de la Fuente, indicó que de las cinco bodegas existentes al inicio del siglo XXI, hoy el valle de Parras y sus alrededores cuenta con 20 casas vinícolas, muchas de ellas con reconocimientos internacionales.

Entre las más destacadas se encuentran Casa Madero, Don Leo, Rivero González, Parvada, Hacienda de Perote, Camino Corazón, Parras de la Vega, Don Perfecto, Casa Naufrago y Las Pudencianas, entre otras.
Tradición y turismo que florecen
Con una población orgullosa de su historia, Parras conserva tradiciones religiosas únicas, como Las Reliquias, donde la fe se mezcla con la gastronomía norteña a través del tradicional asado de boda y las siete sopas. En sus calles empedradas aún resuena el legado de Francisco I. Madero, nacido aquí en 1873, y se levanta el emblemático Santo Madero, capilla construida en 1868 que domina la vista del valle.
El turismo ha encontrado en Parras un referente de enoturismo con identidad mexicana. Cada año se celebran las Fiestas de la Vendimia, la Feria de la Uva -con 78 años de historia- y festivales temáticos como “Parras de mis Sabores”, que celebra los dulces tradicionales de nuez, higo y membrillo, o el colorido Camino de las Flores, que engalana las calles con más de 50 puntos fotográficos para el Día de Muertos.
A ello se suman eventos de gran convocatoria como la Bendición de Cascos, que atrae a más de 3,500 motociclistas de todo el país, y el Encuentro Numismático, con más de 300 asistentes y 20 expositores anuales.

Un destino para quedarse
Parras de la Fuente ofrece más de 40 opciones de hospedaje y 1,200 habitaciones que van desde hoteles boutique y coloniales hasta complejos con campos de golf, viñedos y balnearios históricos, como el Estanque de La Luz, primer sitio del país donde se encendió un bombillo eléctrico.
Su oferta gastronómica incluye cocina de autor, platos regionales y repostería artesanal con sello local. Los visitantes pueden recorrer las bodegas, participar en catas guiadas, disfrutar cenas maridaje y sumergirse en experiencias donde el vino, la historia y la hospitalidad se funden en una sola copa.

“Parras no sólo es el origen del vino en América, es el alma del norte de México”, afirman sus anfitriones. Un pueblo donde cada sorbo de vino cuenta una historia que se sigue escribiendo, siglo tras siglo.




