Hacia 1733, bajo el mandato del entonces gobernador de Yucatán, Antonio de Figueroa y Silva, se finalizó esta imponente fortificación, destinada a salvaguardar los tesoros de Bacalar y la tranquilidad de sus habitantes.
Las embarcaciones de piratas se desplazaban por canales hasta el centro de la laguna, mientras dejaban sus naves principales en alta mar y avanzaban en pequeñas barcas para atacar Bacalar, dando pie a una época de intriga y peligro.
Por Víctor Hugo Rubio
A la entrada del majestuoso Fuerte de San Felipe en Bacalar, el guía turístico certificado Daniel introduce a los visitantes a la rica historia de este lugar, que ha evolucionado de una pequeña villa maya a un vibrante Pueblo Mágico. La aventura comienza en este fuerte del siglo XVIII, cuya construcción estuvo motivada por la necesidad de proteger a Bacalar de los frecuentes ataques piratas que asolaban la región del Caribe.
El guía explica que, hacia 1733, bajo el mandato del entonces gobernador de Yucatán, Antonio de Figueroa y Silva, se finalizó esta imponente fortificación, destinada a salvaguardar los tesoros de Bacalar y la tranquilidad de sus habitantes.
Daniel revela detalles fascinantes sobre los antiguos pobladores de la región, los Itzáes, una élite maya que, según las crónicas, llegó a Bacalar alrededor del año 433 d.C. Este grupo migró desde la zona del Usumacinta en busca de una tierra fértil y estable para establecer su capital.
Cuando arribaron a la zona de la laguna de Bacalar, quedaron cautivados por las aguas cristalinas de la laguna y sus múltiples tonalidades de azul, lo que los llevó a nombrar al lugar “Siankán” o “lugar donde nace el cielo”, evocando la ilusión de un horizonte infinito reflejado en la quietud de la laguna.
El fuerte y la laguna también atesoran historias de incursiones piratas, de las cuales una de las más recordadas ocurrió en el Canal de los Piratas. Daniel explica que estas rutas de acceso natural eran un atractivo para los corsarios que buscaban robar mercancías valiosas como especias y metales.
Las embarcaciones de los piratas se desplazaban por estos canales hasta el centro de la laguna, mientras dejaban sus naves principales en alta mar y avanzaban en pequeñas barcas para atacar Bacalar, dando pie a una época de intriga y peligro.
Hoy en día, este fuerte conserva un museo que alberga artefactos históricos y narrativas sobre la vida en Bacalar y sus constantes enfrentamientos con los piratas. Además de ser un punto de encuentro con el pasado, el museo de San Felipe es también una reflexión sobre el legado cultural de Bacalar, cuyo ecosistema exige un turismo respetuoso con su entorno natural y humano.
La visita al Fuerte de San Felipe, guiada por Daniel, permite a los turistas no solo admirar la belleza de este icónico monumento, sino también revivir la historia y la lucha de un pueblo que ha perseverado a lo largo de los siglos, un pueblo que, en palabras de Daniel, "sigue siendo un lugar donde nace el cielo".
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