En 1968 se declara ciudad típica y en 1998 se inscribe en la lista de Patrimonio Mundial. Antiguo territorio totonaca, Tlacotalpan fue conquistado por Moctezuma Ilhuicamina, y en 1518 es descubierto por una expedición española al mando de Pedro de Alvarado.
Situada al lado del cauce del monumental Río Papaloapan, es una ciudad llena de color y calidez tanto por su clima, como por la hospitalidad de sus habitantes. Su colorido es de gran riqueza y variedad, saliéndose de los cánones clásicos para convertirse en originales atractivos no sólo de Veracruz, de todo el país.
Sergio Palma, Colaborador Especial
Tlacotalpan en 1968 se declara ciudad típica y en 1998 se inscribe en la lista de Patrimonio Mundial. Antiguo territorio totonaca fue conquistado por Moctezuma Ilhuicamina y en 1518 es descubierto por una expedición española al mando de Pedro de Alvarado. Cortés funda el primer trapiche de azúcar que hubo en la Nueva España y en 1865 toma la categoría de ciudad, siendo declarada capital provisional del estado de Veracruz.
Situada al lado del cauce del monumental Río Papaloapan, es una ciudad llena de color y calidez tanto por su clima como por la hospitalidad de sus habitantes. El colorido de Tlacotalpan es de una gran riqueza y variedad, saliéndose de los cánones clásicos para convertirse en uno de los aspectos más originales y atractivos no sólo de Veracruz sino de todo el país.
Su tradicional traza reticular (cuadrícula) del siglo XVI, integrada por dos áreas, el “barrio español” paralelo al río Papaloapan y el “barrio nativo” se ha conservado de manera admirable por cerca de quinientos años que han transcurrido desde su fundación por los españoles en 1550, caracterizada por calles anchas, casas con columnatas de una gran diversidad de estilos y colores, y numerosos árboles de edad venerable que ornamentan espacios públicos y jardines privados.
En el recorrido por la ciudad el visitante se recrea con, la Casa de Cultura Agustín Lara, el Parque Hidalgo, el Templo de San Miguel Arcángel, el Museo Jarocho Salvador F
errando, la Parroquia de San Cristóbal (Patrono de la ciudad), el Teatro Nezahualcóyotl conocido como “Coloso del Sotavento”, y la Plaza de las Banderas, donde se concentran los estandartes representativos de las Ciudades Patrimonio Cultural de la Humanidad del país.
Mención aparte merece el Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria, uno de los santuarios marianos más importantes del país. La influencia religiosa ha acompañado a Tlacotalpan desde la época prehispánica en que se veneraba a la Diosa Chalchiuhtlicue, diosa de las aguas, fervor que permanece hasta nuestros días, ahora en honor a la virgen de la Candelaria, traída por la Orden de San Juan de Dios, desde España.
La ciudad de 12,898 habitantes (2020) se viste de fiesta el 2 de febrero, día del festejo de la Virgen en que los fieles con gran devoción la llevan a un recorrido por el cauce del Río Papaloapan para que a su paso bendiga sus aguas, proteja a la población de las inundaciones e incremente la pesca durante el año, constituyendo uno de los eventos más relevantes de la ciudad y uno de los escaparates de música jarocha del país.
La celebración incluye también desfile de mojigangas, cabalgatas, baile popular, gastronomía y suelta de toros, los cuales se realizan durante varios días en distintos espacios de la ciudad, y el “Encuentro Nacional de Jaraneros y Decimistas”, que reúne, año con año, a un considerable número de conjuntos jarochos y bailadores de diversos lugares, principalmente del estado de Veracruz.
Orgullo de México, Veracruz y particularmente de Tlacotalpan es Agustín Lara, uno de los compositores de música popular más importantes y prolíficos del país con más 700 obras registradas, fue autor de obras como Veracruz, María Bonita, Madrid, y Granada.
La ciudad rinde un homenaje permanente al “Músico Poeta” en la Casa de la Cultura, el Museo y la Plazuela Agustín Lara. Aún en pie se encuentra el bar “Blanca Nieves” frecuentado por el compositor, donde se reunía con fraternas amistades y exhibe un buen número de fotografías del personaje.
Tlacotalpan tiene gran interés en la preservación de sus tradiciones. Institucionalmente en la Casa de Cultura Agustín Lara se enseña a tocar instrumentos del Son Jarocho como Jarana, Arpa, Requinto, Guitarra, Pandero, además del aprendizaje de zapateado tradicional y técnicas de bordados especiales como la malla y la rejilla para la confección del traje de jarocha.
Por otra parte, el Maestro Julio César Corro Lara, músico tradicional y laudero, que ha recibido múltiples premios en su trayectoria artística, entre los que destacan el “Gran Premio al arte Popular de México” y “Grandes Maestros del Patrimonio Artesanal de México en 2022”, enseña en su taller las técnicas para la construcción de estos instrumentos de cuerda y su interpretación.
El baile que acompaña al son jarocho se denomina fandango, huapango o baile de tarima, esta última, de madera cuadrada o rectangular que da gran resonancia al zapateado.
El fandango se interpreta tanto en fiestas religiosas, ferias, funerales, o fiestas populares y familiares, es un género musical bailable, que se identificó con clases socialmente bajas, siendo incluso censurado por el clero por considerarse inmoral, como se escucha en las coplas del son “Chuchumbé” del siglo XVIII, por su alto contenido sexual y sátira social.
La privilegiada ubicación geográfica de Tlacotalpan en la región del sotavento, y sus fértiles tierras han contribuido al desarrollo de una rica gastronomía con productos del río, del mar y de la tierra, como caldo de mariscos y de pescado, arroz a la tumbada, acamayas, mondongo, tamales de elote, de cazuela de anís y de tepiste, empanadas de caracol, de camarón, de queso y de carne, gorditas, tapado de jolote y tortitas de tismiche, entre otros.
Digna exponente de esta riqueza gastronómica fusión de la cocina regional y española, es la Maestra María del Rosario Ferreira, mejor conocida como “Charito” cocinera tradicional, ganadora en diciembre del 2021, del Galardón turístico “Mi Veracruz”, quien también está siempre dispuesta a compartir sus conocimientos transmitidos de padres a hijos con los visitantes a quienes imparte las clases previamente pactadas.
Tlacotalpan cuenta con una gran gama de materias primas y una enorme riqueza de tradiciones que combinadas dan como resultado artesanías únicas y espectaculares. Las artesanías en Tlacotalpan, abarcan distintos materiales y estilos, siendo los tejidos y aplicaciones a gancho en hilo crochet de algodón, rejillados, bordados a mano en hilo de perlé de algodón y los muebles tlacotalpeños de excepcional calidad.
Para el nombramiento de Tlacotalpan como Patrimonio Mundial, adicionalmente a su arquitectura vernácula diferente a todas las ciudades virreinales, influyó de manera importante, la fusión de tradiciones españolas y caribeñas.
Tlacotalpan con una temperatura media de 25 grados a orillas del Río Papaloapan, es único e irrepetible; sus tradiciones, folklore, música, gastronomía, artesanía, y sobre todo la calidez de su gente, la hace un destino imperdible!
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