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  • Foto del escritorConexión Turística

Valladolid, la ciudad de corazón rebelde de Yucatán

· Este hermoso Pueblo Mágico iene una ubicación estratégica para el turismo de excursión y cultural, y muchísimo atractivos turísticos.


Por Verónica Villegas



La ciudad de Valladolid atrae la atención de todo aquel que visita la península de Yucatán porque este Pueblo Mágico, además de acopiar bellezas naturales sobresalientes, ha registrado tal cantidad de eventos importantes para la historia del país que su desarrollo la convirtió en una de las ciudades con mayor actividad y población del sureste de México.


Y es que el Pueblo Mágico de Valladolid iene una ubicación estratégica para el turismo de excursión y cultural. Está a unos minutos de Ek Balam, en donde perviven sorprendentes murales y glifos, se sitúa casi a la misma distancia de Mérida y en un breve recorrido se conecta con otro Pueblo Mágico, Izamal. Por si fuera poco está a sólo 50 kilómetros de Chichén Itzá, Patrimonio de la Humanidad.


Los atractivos de esta “capital del oriente maya” empiezan por sus calles adoquinadas, casas y edificios estilo colonial y toques moriscos de tonalidades que van del ocre, ladrillos o beige, hasta amarillos y verdes. Sus múltiples templos franciscanos, como la Iglesia de San Servacio, demolida y vuelta a levantar para borrar un pasaje tormentoso, y funcionó como fortaleza en la Guerra de Castas.


La Candelaria, frente al pintoresco parque del mismo nombre; la Parroquia y Ex convento de San Bernardino de Siena, también conocido como la iglesia de Sisal, donde por las noches hay un asombroso espectáculo de luz en su fachada. En esta joya barroca combina la austeridad franciscana con intervenciones más modernas en su arquitectura.


Este encantador lugar tiene otro gran regalo de la naturaleza: cenotes como el monumental X’kekén, situado dentro de una caverna, que alberga caprichosas formaciones calcáreas y raíces de árboles centenarios. O el Samulá, donde los rayos solares se filtran para otorgar vistas memorables. La cereza del pastel se encuentra en el corazón mismo del Pueblo Mágico: el Cenote Zací, que a diferencia de los anteriores es a cielo abierto, con vegetación abundante y donde la gente puede nadar e incluso lanzarse desde una altura respetable casi sin restricciones.


Al salir de los cenotes pocos se imaginan que esta ciudad pacífica, ideal para la contemplación y el disfrute, tuvo un pasado de dignidad por parte de la gente maya que habitaba estas tierras, los cupules, que combatieron ante la llegada de los conquistadores europeos al mando de Francisco de Montejo y León, de quien tomó su apellido para la famosa avenida de la ciudad de Mérida, el Paseo de Montejo.


Ya en el siglo XIX, la Valladolid yucateca fue escenario de fuertes levantamientos para reivindicar derechos de comunidades mayas, enmarcados en la Guerra de Castas y, para mayo de 1910, esta población también atestiguó el primer levantamiento contra la dictadura de Porfirio Díaz, movimiento que es reconocido como “la primera chispa de la Revolución”.


Valladolid hoy ofrece un crisol cultural que habla de un mestizaje representado en la fuente del Palacio Municipal, en museos como La casa de los venados o el Museo San Roque, las plazas y su centro artesanal frente al parque Francisco Cantón, que por cierto es el zócalo del pueblo y ejemplo de homenaje a la mujer yucateca, que ha sido escenario de telenovelas históricas.




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