· Este museo, heredero del Papalote Museo del Niño, ofrece una experiencia única basada en dos ejes fundamentales: el conocimiento del entorno natural y la interacción social. En sus salas se pueden explorar temas que van desde la historia cultural y el arte urbano hasta la ciencia y la tecnología.
Por Víctor Hugo Rubio, Ciudad Juárez, Chihuahua

Con la premisa de fusionar conocimiento, entretenimiento y participación comunitaria, el Museo Interactivo La Rodadora se alza como una joya cultural en Ciudad Juárez, Chihuahua. Desde su apertura en agosto de 2013, este lugar ha cautivado a locales y visitantes, convirtiéndose en uno de los museos más grandes e influyentes de América Latina.
Ubicado en un terreno de 32,970 metros cuadrados, con 12,016 metros cuadrados destinados a la construcción, La Rodadora no solo es un espacio imponente desde el punto de vista arquitectónico, sino que su grandeza radica en las más de 120 exhibiciones interactivas diseñadas para sumergir a sus visitantes en un viaje a través de la ciencia, la tecnología, el arte y la cultura.
Este museo, heredero directo del Papalote Museo del Niño, ofrece una experiencia única basada en dos ejes fundamentales: el conocimiento del entorno natural y la interacción social. En sus salas, se pueden explorar temas que van desde la historia cultural y el arte urbano hasta la ciencia y la tecnología, abordando la identidad y diversidad de la región.

Una de las particularidades más destacadas es la mirada profunda hacia Ciudad Juárez y el Estado de Chihuahua, con el 60% de sus exhibiciones diseñadas específicamente para honrar la riqueza de su gente y sus tradiciones. La Rodadora se presenta así como un espacio que celebra y promueve la identidad local, enfrentando los retos geográficos de un desierto y una frontera a través de la reflexión y la interacción.
Con una sala 3D, una biblioteca equipada con tecnología de vanguardia y áreas de comida para el disfrute de los visitantes, este museo se ha convertido en un punto de encuentro tanto para la educación como para la recreación familiar.
El esfuerzo conjunto de empresarios y la sociedad ha cristalizado en este proyecto que se gestó hace más de dos décadas, cuando Marinela Servitje ideó un museo para los niños. El diseño arquitectónico, liderado por Pablo Romero Ramos, refleja una estructura moderna y funcional que invita a explorar y descubrir.

Los horarios flexibles de La Rodadora, de martes a viernes de 10 a 17 horas, y sábados y domingos de 10 a 19 horas, permiten a los interesados sumergirse en este universo de aprendizaje y entretenimiento a lo largo de la semana, haciendo del museo un espacio accesible para todos.
Con La Rodadora, Ciudad Juárez no solo ha ganado un museo, sino un epicentro de conocimiento, identidad y diversión que sigue marcando una diferencia significativa en la vida de sus habitantes y visitantes, aportando a la comunidad un espacio de reflexión y aprendizaje continuo.

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