Carlos Gómez Flores, presidente de la Asociación Nacional de los Comités Ciudadanos de Pueblos Mágicos, abordó los desafíos que enfrenta este programa, que pasó de 121 al cierre de la anterior administración a 177 actualmente, y al riesgo de politización de esta iniciativa creada en 2001, con el reciente cambio.
Destacó que la figura de Pueblo Mágico ha sido un motor de crecimiento económico para estas comunidades, y su éxito se debe a la dedicación de los ciudadanos locales, La implementación de un enfoque más político y menos ciudadano podría socavar los logros alcanzados hasta la fecha.
Por Víctor Hugo Rubio, 2ª parte
Los Pueblos Mágicos de México han sido, desde que surgieron en 2001, un tesoro turístico que ha encantado a visitantes nacionales e internacionales con su autenticidad, tradiciones y belleza, pero este programa emblemático ha sido objeto de cambios que generan preocupación en las comunidades de esos pueblos y los amantes del turismo, considera la Asociación Nacional de los Comités Ciudadanos de Pueblos Mágicos.
En entrevista con “Conexión Turística” y “Turismo 360”, el Doctor Carlos Gómez Flores, presidente de la Asociación Nacional de los Comités Ciudadanos de Pueblos Mágicos, abordó los desafíos que enfrenta este programa, cuyo presupuesto (Prodermágico) fue desaparecido por el actual gobierno y que pasó de 121 pueblos mágicos al cierre de la pasada administración en 2018, a 177 a la fecha en este gobierno.
Al respecto del número actual de pueblos con este distintivo, el dirigente de los comités ciudadanos expresó: “Desde que llegó el sexenio actual ha crecido la membresía en más de un 50%. Recientemente eran 132 pueblos mágicos, ahora son 177. Antes no había nombramientos a granel, los más recientes fueron 45. Y creo que debe haber un cuidado muy importante para que no se pulverice lo que es la marca”.
Gómez Flores aclara: “No estamos en contra de que haya más pueblos mágicos maravillosos, pero yo debo insistir que si en los tiempos de la pandemia y postpandemia ha ocurrido un crecimiento económico en los pueblos mágicos es por los ciudadanos. Desde el 2018 no se recibe ningún tipo de apoyo por parte del sector”.
Los Pueblos Mágicos se han destacado por su gobernanza basada en la participación ciudadana, donde los comités compuestos por residentes locales desempeñaban un papel fundamental en el desarrollo y promoción de sus localidades. Sin embargo, una reciente norma del gobierno federal ha introducido cambios en la estructura de estos comités al permitir la inclusión de alcaldes y burócratas locales en su dirección, añadió.
Subrayó que esta modificación ha planteado preocupaciones sobre la pérdida de la esencia ciudadana de los Pueblos Mágicos y la posible politización del programa.
La magia de los Pueblos Mágicos se encuentra en la colaboración armoniosa entre los ciudadanos, sus tradiciones y el turismo. Los comités ciudadanos han sido un pilar en la protección y promoción de las riquezas culturales y naturales de estos destinos, asegurando que la autenticidad se mantenga intacta para el disfrute de los visitantes.
La preocupación radica en que, con los cambios introducidos, la gestión podría desviarse de estos principios y afectar la experiencia de los turistas, expuso.
El Doctor Gómez Flores destacó que la figura de Pueblo Mágico ha sido un motor de crecimiento económico para estas comunidades, y su éxito se debe a la dedicación de los ciudadanos locales, como cocineras tradicionales, artesanos y comerciantes, que han contribuido a la prosperidad de estos destinos. La implementación de un enfoque más político y menos ciudadano podría socavar los logros alcanzados hasta la fecha.
A pesar de estas preocupaciones, el Doctor Gómez Flores expresó su confianza en que el presidente de la República y las autoridades considerarán la voz de la comunidad de los Pueblos Mágicos y actuarán en consecuencia para preservar la esencia y la magia que estos destinos ofrecen a los visitantes.
La entrevista concluyó con un llamado a la unidad y la resiliencia, recordando que los Pueblos Mágicos son un activo valioso para México y su preservación es fundamental para las generaciones futuras.