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  • Foto del escritorConexión Turística

Camino de Guanajuato: la aventura hacia ATMEX 2019

Previo a la edición 2019 de Adventure Travel Network (ATMEX), diversos destinos sumaron su oferta ecoturística y de aventura para que operadores y medios de comunicación especializados en la industria, pudieran conocer de primera mano las actividades que realizan. Así, deportes como cabalgata, rappel, hiking y ciclismo de montaña, entre muchos otros, formaron parte de la agenda que concluiría en Valle de Bravo.



Guanajuato nos recibió para desarrollar durante 4 días un nutrido itinerario que comenzó en el centro vacacional El Salto, localizado en San José Iturbide. Allí, se ha hecho popular el SkyDream, o bien, dormir en una hamaca cuya peculiaridad es que esta se encuentra colgando de un extenso cable al cual los visitantes se sujetan con un arnés, permitiendo una pernocta segura y que la única preocupación sea disfrutar del amanecer.


En el mismo sitio, se pueden realizar saltos en parapente, pasar la noche en alguna de sus 8 habitaciones y disfrutar de la cocina en su restaurante, que también dispone de cervezas artesanales de la región, elaboradas con un ingrediente único: ¡Agua de lluvia!.



Al amanecer, partimos rumbo a San Miguel de Allende, listos para conocer la otra cara de una de las dos ciudades Patrimonio en el estado. El Parque de Aventura “San Miguel”, nos regaló entre otras cosas, varios vistazos al cañón del Águila Cola Roja desde su tirolesa de 7 líneas, cruzar por su asombroso puente colgante y sentir que perdíamos el equilibrio pero los escenarios valían toda la pena. Andar sus caminos incita a perderse un rato entre el cielo y las barrancas, por donde es común encontrar ejemplares del ave que da nombre al cañón.


Muy cerca, se encuentra la zona arqueológica “Cañada de la Virgen”, un centro social que albergó a los pueblos otomíes que se asentaron entre los años 540 y 1050 D.C. Acompañados por guías de Coyote Canyon, descubrimos el sitio que fuera utilizado para los ciclos relacionados con la cacería y la agricultura, pero que también gozó de avances astronómicos que aún pueden percibirse en su arquitectura, como los solsticios que se alinean con “La casa de los 13 cielos”, construcción que da la bienvenida al centro.



Tras el recorrido, nos dirigimos a cabalgar por el Cañón del Coyote, de donde toma nombre la operadora de tours, con quienes descubrimos la pacífica zona arqueológica y ahora nos aventurábamos a tomar las riendas de los equinos. Una clase de introducción y hacks para dirigir al caballo, son necesarios para emprender el recorrido de 10 kilómetros, que se desarrolla por caminos escarpados y ríos ligeramente caudalosos. Con una duración de 2 horas, el paseo permite hacer una parada en lo alto del monte para contemplar el atardecer.


Cerca de las 6:30 de la mañana, nos encontrábamos despiertos para presenciar el ritual que implica volar en globo. En San Miguel de Allende, nos esperaba el capitán Gerardo Benítez, de Clubamigos Delaire, quien nos condujo por las alturas de la ciudad, desde donde pudimos observar los campos de maíz, las casas y una salida del sol fuera de lo ordinario. Al concluir la travesía de 60 minutos y tras un apacible aterrizaje, los tripulantes nos reunimos para brindar por la fortuna de una hazaña como estas, que fascinan y sorprenden.



La ruta continuó con dirección a Santa Rosa de Lima, donde conocimos la Fábrica de Conservas y Cerámica, un negocio liderado por mujeres del pueblo y que provee mermeladas a una conocida cadena de restaurantes. Allí, la operadora Turismo Alternativo en Guanajuato, nos esperaba con bicicletas para iniciar un desafiante descenso por la panorámica que conduce hasta la capital del estado. Ya equipados con cascos, guantes y mucha agua, tomamos el manubrio y pedaleamos por amplios senderos de terracería.


Una de las paradas, devela el mítico Monte de San Nicolás, pueblo minero que vivió su auge durante los siglos XIX y XX, pero decayó luego de la sobreexplotación de sus minas. Aún se pueden ver construcciones desoladas que dan la impresión de ser un pueblo fantasma, sin embargo cuenta con una población que ronda los 280 habitantes. Una vez andados los 23 kilómetros, entre árboles, barrancos y lagos, el panorama se transformó por completo cuando nos encontramos frente a la ciudad patrimonio de la Humanidad; Guanajuato.


Para la realización de un itinerario como este, fue crucial la participación de organizaciones como la Asociación de Turismo de Naturaleza y Aventura de Guanajuato (ATNAG), presidida por Raúl Jaramillo y conformada por 8 operadoras que promueven y prestan sus servicios con guías capacitados en la materia, cada uno con experiencias diversas para facilitar un catálogo que cumpla con las expectativas y perfil de cada viajero.



Otro de los cometidos por parte de ATMEX, es familiarizar a los involucrados como operadoras receptivas y emisivas, con los productos que pueden ofrecer a sus clientes, ya sea grupos e incentivos o charters, que buscan romper paradigmas en sus excursiones de integración, donde la adrenalina y la energía permiten una convivencia dinámica y genuina.


Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), el Turismo de Aventura crece desde 2013 cerca del 65 por ciento anual, con una derrama económica de 263 millones de dólares por año y un gasto promedio por viajero de 3.050 dólares, del cual el 66 por ciento se queda en el destino visitado. En México, 1 de cada 4 visitantes, se relaciona con este segmento, de ahí la relevancia de encuentros como ATMEX y la promoción de estados como Guanajuato, con una orografía y paisajes privilegiados que por sí mismos ya son una aventura.



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