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Travesía Coast to Coast, en Baja California cambiará tu vida después de admirar escenarios sin igual

Foto del escritor: Conexión TurísticaConexión Turística

Por Cairo Bermúdez, enviada, 1ra. parte


Fotografía de Eduardo Itzin


Esto y más, ofrece la Travesía “Coast to Coast” en Baja California, ganadora del “Premio por la Innovación Turística 2022”, que comienza casi al límite con la Baja Sur y se camina desde Playa Altamira en el Océano Pacífico, hasta Bahía de los Ángeles en el Mar de Cortés, considerado el “acuario del mundo”, un lugar que promete el contacto con uno de los mares mas hermosos del mundo y su fauna marina endémica.


Todo inicia en el desierto del Valle de Mexicali, en noviembre, cuando el sol es amigable. El convoy partirá en caravanas de grupos de 10 personas aproximadamente quienes, por los siguientes días, se convertirán en cómplices y casi familia de aventura, ya que muchas experiencias están destinadas a realizarse en conjunto si así lo deseas, pero a fin de cuentas un reto individual que cambiará la manera de percibir la Baja California.


Fotografía de Eduardo Itzin


El primer punto de llegada será San Felipe. En esta pequeña ciudad playera se desayuna, desde un platillo tradicional como: huevos rancheros y chilaquiles norteños, hasta una tostada de ceviche especial compuesta por atún, pulpo, camarón y salmón.


El malecón te invita a ser visitado, apreciar el mar en calma y el horizonte con los barcos de turistas o pesqueros a lo lejos. Después del delicioso desayuno, el camino se emprende nuevamente con dirección a Playa Altamira, donde se situó el primer campamento completamente montado para recibir a los expedicionistas.


Las parejas duermen en una casa de campaña para dos y las casas de campaña mas grandes se comparte entre tres personas, mujeres con mujeres y hombres con hombres. Para el momento de llegada, la cena esta lista: Pasta a la boloñesa, ensalada, verduras y pan, que se acompañan con agua fresca, café, leche o té.


Los baños, de instalación provisional en seco, se encuentran fuera del campamento, pero a una distancia razonable y después de dar indicaciones todos se dispondrán a dormir, la expectativa y emoción de la experiencia crece, la aventura ha comenzado.


Fotografía de Eduardo Itzin


Las noches son frías y los coyotes se escuchan a lo lejos, la recomendación es usar ropa abrigadora en capas, dos pares de calcetas por día, unas delgadas y otras gruesas para amortiguar el paso en la caminata, chanclas a la mano y linterna para moverte, ya que la única luz que tendrás en las noches es la de la luna y el extraordinario cielo estrellado que dejará ver cada una de las constelaciones y parte de la vía láctea como tal vez nunca la habías visto.


Al día siguiente, después del desayuno que se servirá a las 7:00 horas, se emprende la caminata de mayor tramo, 50 kilómetros, que gran parte se da por la carretera. La mayoría de los puntos de hidratación se encuentran a cada 5 kilómetros, pero el primero esta un poco más retirado, tal vez como a 15 km; para ese entonces conocerás cuanto es tu consumo de líquidos por kilometraje, así no cargarás extra, pero un así se recomienda llevar un poco más de lo justo para cualquier situación que lo amerite.


Antes de la caminata, debes tocar el agua del mar del Pacifico en Playa Altamira y tomarte la foto rigurosa antes de emprender camino, después cada quien a su paso sale por la ruta marcada, la cual debe respetarse para evitar extravíos y disfrutar al máximo la travesía.


El camino se emprende alrededor de las 9:00 horas a paso emocionado, a veces en algún kilometro empatarás con alguien que querrá compartir la caminata contigo y otras veces cada quien va en plena concentración o introspección. Después de aproximadamente 7 kilómetros de recorrido por terracería, comienza la caminata por la carretera Transpenínsular Guerrero Negro – La Nueva Odisea, en la cual es divertidísimo pedirles a los camioneros que hagan sonar el claxon y escuchar la respuesta.


Fotografía de Eduardo Itzin


Llegando al Ejido Nuevo Rosarito, se encuentra el primer punto de hidratación donde el staff recibe a los caminantes con fruta: naranja, piña, manzana, pera, sandia, agua natural y electrolitos de sabor, es una oportunidad de ajustar calcetines, si en dado caso están muy húmedos por el sudor, se recomienda cambiarlos, colocar talco y proseguir.


El paisaje a continuación, es una serie de cerros que parecen mesetas y un camino lleno de saguaros y rocas, el suelo en partes es arenoso y en otras terroso, el sol es amable y para este punto el rompe vientos, la sudadera y tal ves las camisetas ya fueron removidas y se disfruta del viento fresco y el sol abrasador que caracteriza a la Baja, su desierto y la brisa de la playa que se siente en el aire sirven como elemento refrescante.


En el kilometro 30, se posicionó una zona de ‘chiqueo’, donde la botana es sorpresa y seguro deleitara los paladares, cayendo como perlas a los caminantes.


La recomendación, por parte del staff, antes de iniciar una travesía de este tipo, es ablandar las botas de caminata o reconocerlas anteriormente ya que las ampollas pueden estar a la orden de los kilómetros. Otra de las recomendaciones es, al primer indicio de una ampolla, debes recurrir al equipo de primeros auxilios que identificarás en los puntos de hidratación, que amable y servicialmente, te apoyarán con la optimización de tus pies.


Durante el transcurso de la caminata, se observa el cielo cambiante, provocando hermosos colores y tonalidades de cielo, con las montañas y cerros entre saguaros dignos de fotografía de postal para cualquier lado que voltees, escenario que te invitara a tomar momentos de contemplación para el alma.

Fotografía de Eduardo Itzin

Fotografía de Eduardo Itzin


La ‘barredora’, es un vehículo asignado para socorrer e ir al final del ultimo caminante para ser auxiliado si así lo requiere y llevado al campamento, también puede ser usada cuando el agotamiento o las lesiones musculares comienzan a hacerse presente.


Al caer la noche, la oscuridad plena se hace presente, dejando ver el esplendor del cielo y sus astros estelares, hasta apreciar parte de la Vía Láctea, mágica a los ojos. Las idas al ‘baño’, por el alto grado de líquidos ingeridos y el frio de la tarde/noche es constante, lo cual provoca mayor emoción al tener que alejarte de las pocas luces y refugiarse detrás de un arbusto o saguaro llevando una lámpara de mano, papel de baño en la otra y hacer las necesidades, sin saber qué se puede encontrar atrás, enfrente, a un lado o encima.


Varios de los caminantes percibieron una familia de coyotes escondidos en los arbustos, con sus ojos brillantes reflejando la luz de las linternas y una serpiente atravesando el camino, también algunos buitres que en el día acechaban a los caminantes solitarios esperando su desgaste físico o a algún animalito que se encontraba cerca para ser deliciosa presa. Grandioso panorama del desierto bajacaliforniano en este recorrido.


Ya casi para llegar al campamento, se encontró el sendero considerado de mayor reto en los tres días de caminata, o así lo calificaron varios de los aventureros caminantes a los cuales desafío hasta su acondicionamiento y rendimiento físico que habían trabajado por años.


Fotografía de Eduardo Itzin


Al parecer, las lluvias que había recibido la región, hicieron de esos tramos un verdadero mar de arena que demandaron la perseverancia, voluntad, paciencia y resistencia de todos los que por ahí pasaron; los pies se hundían casi hasta el tobillo y era difícil continuar en dos pies. Muchos caminantes, desistieron a los 2 kilómetros de llegar al campamento, así de pesado fue el reto.


El campamento localizado en una antigua misión jesuita llamada San Francisco Borja, su anfitrión José Ángel Monteón-Ríos, oriundo y de linaje Cochimí, cuya tribu tiene una presencia desde San José del Cabo hasta San Francisco California, fue quien compartió gran parte de la historia de dicha Misión y la evolución que ha sufrido durante el tiempo.


José Ángel, se considera un fiel guardián y custodio natural de la Misión que se mantiene en pie gracias al cuidado de sus ancestros, que llegaron al área desde hace más de 12 mil años atrás, quienes también fungieron como guardianes y constructores de la edificación en los tiempos de los frailes españoles de la orden dominica y posteriormente jesuita.


Monteón-Ríos, vive con su familia; una esposa de origen yaki que viaja ida y vuelta a La Paz, Baja California por trabajo, una hija con su esposo y nietas, llamadas: Lloviznita, Tormenta y Rayito. Personas tan agradables y avocadas al servicio de los campistas que llagan a la Misión.


Fotografía de Eduardo Itzin


A la llegada del ultimo caminante y de la barredora, aún la cocina se encuentra disponible para solicitar alimentos y cenar. El café y los tés siempre presentes en la mesa para beber algo caliente y así evitar el enfriamiento masivo. En ese campamento podrás disfrutar de un baño con agua caliente de agua mineral procedente de un rio.


Al día siguiente espera una nueva aventura, un nuevo tramo y nuevas experiencias dentro de 30 kilómetros con meta: Bahía de los Ángeles en el hermoso Mar de Cortes al tercer día.


No te pierdas la siguiente semana, la continuación de esta travesía por la Baja. Con más aventuras dentro del caminar transversalmente por la Península, en el desierto de Baja California, con el apoyo y servicio de los tour-operadores de ‘AdixionTour’ con esta experiencia llamada ‘Coast to Coast’.


Vista su página web para conocer cada una de las propuestas que brindan dentro del territorio bajacaliforniano y su tremenda exploración, www.adixiontour.com, www.travesiabajacoasttocoast.com, su sitio de Facebook e Instagram con el mismo nombre.


Visítala y regístrate para la siguiente travesía, estas a tiempo para prepararte, comprar tus botas de caminata, amoldarlas con tiempo y darle a la aventura el siguiente año en el mes de noviembre en Baja California.



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