Durante un viaje de familiarización con tour operadores y medios de comunicación, organizada por la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV) Ciudad de México, que preside Raymundo Flores, nos sumergimos en los tesoros arqueológicos de la ciudad de Cholula.
La ciudad de Cholula, que se remonta entre el año 100 después del nacimiento de Cristo y el año 750 después de Cristo, es un testimonio vivo de la grandeza y resiliencia de las civilizaciones antiguas. Un imperdible para los turistas.
Por Víctor Hugo Rubio Duarte
En una jornada llena de historia, cultura y descubrimiento, un grupo de tour operadores y representantes de los medios de comunicación especializados en turismo tuvieron el privilegio de sumergirse en los tesoros arqueológicos y arquitectónicos de Cholula, en el estado de Puebla, viaje, organizado por la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV) Ciudad de México, que preside, Raymundo Flores y su equipo de colaboradores.
Guiando la expedición, el antropólogo, Luis Martín, miembro de Museos de Puebla, ex director del Museo Regional de Cholula, y quien laboró por 13 años en el Museo Nacional de Antropología, llevó a los visitantes por un viaje a través del tiempo, revelando los secretos enterrados bajo las capas de historia de la ciudad de Cholula.
La ciudad de Cholula, que se remonta entre el año 100 después del nacimiento de Cristo y el año 750 después de Cristo, es un testimonio vivo de la grandeza y resiliencia de las civilizaciones antiguas. Sin embargo, su historia no estuvo exenta de desafíos.
Una de las catástrofes que marcó un punto de inflexión en la vida de Cholula fue la erupción del volcán Popocatépetl, un evento que obligó a su población a emigrar, dejando la ciudad cubierta por ceniza volcánica.
Pero como el ave fénix que resurge de sus cenizas, Cholula se reinventó con el paso del tiempo, llevando a cabo una monumental expansión de su pirámide, un hito que aún asombra a los visitantes de hoy en día.
Martín, con su conocimiento de la estratigrafía y las características geológicas de la región, destacó la presencia de 30 centímetros de ceniza en algunas áreas de Cholula, evidencia de la poderosa fuerza de la naturaleza que moldeó el destino de la ciudad.
Durante el recorrido, Martín compartió con el grupo, detalles interesantes sobre la arquitectura, la religión y vida cotidiana de las civilizaciones que una vez habitaron esta tierra sagrada. Desde la antigua etimología del nombre "Cholula", que significa "donde abunda el agua que fluye" en náhuatl, hasta la división de la ciudad en dos comunidades, San Andrés y San Pedro, y es precisamente la pirámide la que las divide.
La joya de la corona de Cholula es, sin duda, su imponente pirámide, un monumento que se eleva con majestuosidad sobre el paisaje circundante. Sin embargo, Martín señaló los desafíos que enfrentan al recibir visitantes que esperan ver una pirámide de piedra, mientras que la estructura principal está construida con adobe.
Esta peculiaridad arquitectónica, característica de las diferentes fases constructivas de la pirámide, añade un elemento único a la experiencia de los visitantes, recordándoles la riqueza y la diversidad de las culturas que han dejado su huella en este sitio ancestral.
La pirámide de Cholula, con sus diversas etapas constructivas, desde la fase inicial conocida como "olla" hasta la expansión monumental que la convierte en la pirámide más ancha del mundo, con 400 metros por cada lado, es un testimonio impresionante del ingenio humano y la devoción religiosa.
La presencia de una iglesia en la cúspide de la pirámide, dedicada a la Santísima Virgen de los Remedios, simboliza la convergencia de dos mundos: el antiguo y el colonial, el sagrado y lo divino.
También se destacó la importancia de preservar y proteger este patrimonio invaluable para las generaciones futuras. La zona arqueológica de Cholula, situada a siete kilómetros al oeste de la ciudad de Puebla, es un tesoro histórico que merece ser apreciado y valorado por su significado cultural y su belleza arquitectónica.
La visita a la zona arqueológica de Cholula fue más que un simple recorrido turístico; fue un viaje en el tiempo, una oportunidad para conectar con las raíces profundas de la historia mexicana y apreciar la magnificencia de una civilización perdurable.
Con cada paso dado en las antiguas calles de Cholula, se tejía un hilo invisible que unía el pasado y el presente, recordándonos la importancia de honrar y preservar nuestro legado cultural para las generaciones venideras.
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